Ser arrendador siempre ha sido una actividad de riesgo en cualquier lugar del mundo. Los problemas que puedes enfrentar son muy variados como morosos profesionales que dejan de pagarte la renta y los suministros, ruidosos y molestos con los vecinos, falta de conservación y desperfectos en la vivienda, etc. Y creeme cuanto te digo que, nunca mejor dicho, vale más prevenir que curar. El inquilino perfecto no existe pero si puedes encontrar a alguien que te ofrezca solvencia económica y afinidad en el trato. Conseguirlo es muy complicado porque en gran parte dependerá de tu percepción subjetiva. Por eso, y por encima de todo, no tengas prisa en tomar la decisión. Tómate el tiempo que sea necesario para conocer lo máximo posible a tu futuro inquilino. Cuando publiques tu vivienda seguramente recibirás llamadas interesadas en visitarla, pero atenderlas todas te consumirá más tiempo y esfuerzo del que dispones. Por eso una buena idea es hacer una criba inicial que te permita dedicar...